“Ven en mi ayuda, Señor” grita hoy la reina Ester para poder enfrentarse al rey Asuero. Toda una reina pidiendo a Dios ayuda porque tenía miedo, se sentía sola y no sabía en quien apoyarse. Toda una reina tragándose el orgullo de pensar que por si misma podía hacer frente a cualquier batalla. Toda una reina postrada a los pies de un Dios para pedir protección, valentía y palabras sabías para enfrentarse al tirano.