“Tu eres Pedro” le dice hoy Jesús a nuestro apóstol. Esta es la experiencia de quien se pone delante de Dios con sencillez: no sólo descubrir quién es él, sino también descubrir quién eres tu. Jesús poco a poco va revelándonos su identidad, como lo hizo con Pedro, pero a la vez nos va desvelando la verdad de nuestro corazón, muchas veces velado por miedos e inseguridades. Para hacer esto, Jesús, como a Pedro, nos hace tres regalos. El primero es la llamada a seguirlo: y en esa confianza se forja