10 de Marzo
Hay dos maneras de comprender una relación de amor. La primera es percibir al otro como un regalo de Dios, es decir, algo que no merezco, que se me ha dado gratuitamente... Cuando en una pareja se perciben el uno al otro como un regalo inmerecido, entonces, ambos dejan que la relación se abra al plan de Dios, a la sorpresa, porque se fían, porque no necesitan controlarlo todo, porque saben que no es su proyecto sino el sueño de Dios el que se va realizando en sus vidas para hacerlos felices. La segunda posibilidad es percibir al otro como un "derecho" o una "propiedad" o un "trofeo"... el otro es necesario para mi proyecto de vida, lo merezco, me lo he ganado y por tanto es mío... Cuando en una pareja se entienden el uno al otro como "cosa poseída", entonces, llegan los celos, las dependencias, la violencia... Amar en verdad al otro supone reconocerlo cada día como un milagro.