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encontrar su rostro en el cine

Poveda

Poveda. Un hombre que supo encarnar en su vida las virtudes de Cristo, que vivió por y para los más pobres, que intuyó una de las necesidades más acuciantes de la España de la primera mitad del siglo XX: la educación a aquellos que no tenían medios. En Pedro Poveda vemos a un hombre que siguió el designio que Dios le había marcado en su vida, y no su propia voluntad. Prueba de ello es que pasó por múltiples destinos, sin buscar personalmente ninguno de ellos. En las cuevas de Guadix cuidó, contra la voluntad de algunos gitanos y también de algunos compañeros de la curia, de los pequeños que no tenían un pedazo de pan que llevarse a la boca.

El designio de Dios lo condujo poco después, con el instrumento de la envidia de aquellos que sólo buscaban prestigio social, a Covadonga. Junto a la Santina, que acompañó su caminar como canónigo del santuario, recibió la inspiración, sin duda proveniente del Espíritu, de fundar la Institución Teresiana. Muchas jóvenes pudieron, gracias a Pedro Poveda, educarse en la vocación de la enseñanza y la educación, en el arte de formar a nuevos maestros y maestras, en la pedagogía. La creación de la Institución Teresiana lo llevó a Madrid, donde culminó la vocación que Dios le había reservado: hacerse uno con Jesús pasando por el martirio.

La película Poveda, de Pablo Moreno (2015), refleja muy bien la vida de Poveda. Pero también la de otros muchos personajes que siguieron su propia vocación: la vocación de las madres de los niños de las cuevas, desvividas por sus pequeños vástagos; la de los hombres trabajadores malagueños que se entregaban al trabajo para poder llevar un mendrugo de pan a sus casas; la de las maestras como Pepita Segovia (Elena Furiase), ilusionadas por transmitir la verdad de Dios a los demás; la de aquellos intelectuales de la Institución Libre de Enseñanza que, sin buscar directamente a Dios, tenían el intento de inquirir la Verdad; la de Pedro Poveda (Raúl Escudero), un cura que da su vida entera en servicio por todos, sin discriminar entre ateos y creyentes… En definitiva, una película en la que puedes descubrir que Dios te llama y que lo puede hacer de muchas maneras, todas ellas encaminadas a que descubras el camino para ser feliz. ¡Anímate a ver la película! ¡Seguro que Jesús te habla por medio de sus personajes!    

(Comentario realizado por el Padre Anselmo Matilla, sacerdote de Ciudad Rodrigo)

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