Al salir a la calle, al abrir nuestro móvil, al mirar a nuestro alrededor, descubrimos que no estamos solos. Que hay otros, conocidos y desconocidos, viviendo su vida a nuestro alrededor. Y podemos preguntamos: ¿quiénes son?, ¿para qué están ahí?, ¿qué sentido tienen para mi vida?. Quizá porque vivir con otros es útil, nos permite repartimos las tareas, conseguir más beneficios… Pero, ¿es acaso eso realmente acoger? Otras veces vemos al otro y a los otros como una amenaza para nuestra libertad.